viernes, 4 de septiembre de 2015

¡Qué no caigan en el olvido!

Seré breve y conciso. Haré caso al dicho de “En tiempos de melones, breves los sermones”, aunque el verano esté finalizando.

El tema que voy a tratar no es otro que el de la crisis migratoria, los problemas que han nacido con esta oleada de refugiados, ante la cual solo encuentro una solución: darles asilo de manera temporal hasta que el conflicto yihadista cese. Es simple. Tal vez costoso, pero humano y justo. No hay más que se pueda hacer en el corto plazo y de manera inmediata.

Ahora bien, no se puede obviar y no criticar la posición de aquellos que dicen avergonzarse de la UE y sus fronteras por la muerte de un pequeño en la costa. La imagen del crío sin vida en la playa es, no cabe duda, aterradora y nos debe hacer reflexionar sobre cómo estamos obrando en estas situaciones que, desde luego, nos desbordan. Espero que aprendamos de este drama y podamos dar un paso más hacia la utópica justicia, aún perseguida, todavía no hallada. Para alcanzarla no solo podemos dejar los problemas en manos de nuestros representantes, sino que también debe reaccionar la sociedad en bloque, unida, para acelerar este proceso y dar solución inmediata a estos conflictos; por lo que aplaudo esta oleada solidaria que está iniciándose en Europa. Bravo por ese corazón tierno dispuesto a ayudar al necesitado.

Sin embargo, no puedo evitar criticar la postura que adoptan aquellos que únicamente se acuerdan de este éxodo sirio e iraquí ahora, cuando estas pobres personas llegan al Viejo Continente. ¿Acaso hay que recordar cuál es el motivo de esta huida?

El Estado Islámico lleva años masacrando allí. Antes se disfrazaban de rebeldes que combatían al “malvado dictador” de Siria. Hace poco más de un año, a esos bastardos se les empezaron a caer las caretas y pudimos ir comprobando cómo son realmente: fanáticos asesinos que persiguen la proclamación de un estado donde solo cabe su interpretación del Corán. Por ello, miles de cristianos y yazidíes han sido fusilados, crucificados, decapitados, los niños convertidos en esclavos y/o soldados, las mujeres en esclavas sexuales, etc.

Hace un año, cuando los medios de comunicación empezaron a bombardearnos con información y noticias morbosas sobre esto, parecía algo nuevo,  de repente habían surgido de la nada estos diablos. Tras ello, el asunto dejó de ir vendiendo y con ello se ha ido paulatinamente hablando menos de esta realidad, hasta el punto de normalizar la tragedia, la cual es el motivo del éxodo a Europa, porque en ningún momento han parado los crímenes de guerra antes mencionados.

Por ello, me indigna que una foto sea la provocadora de esta (positiva y necesaria) acelerada reacción hacia los refugiados, pero que Occidente haya normalizado e ignorado el mayor drama del mundo del siglo XXI. ¿Hacen falta fotos de críos decapitados para que reaccionemos como hemos hecho con el niño ahogado? ¿Hasta cuándo vamos a seguir ignorando la raíz del problema? ¿Por qué no nos levantamos en mareas de indignación contra nuestros gobiernos que consienten la existencia de los bastardos yihadistas, que con su inacción permiten todavía la existencia de éstos? ¿Qué hace falta para que Europa despierte? Los refugiados solo buscan una cosa: la paz que en su tierra no tienen.

Una mala hierba, aunque la cortes, siempre rebrota. Para terminar con ella hay que eliminar su raíz, extirparla de la tierra. Esta crisis se repetirá una y otra vez, seguirá rebrotando. Solo se puede arrancar la raíz, es decir, acabar con el Estado Islámico. Los refugiados tienen derechos, pero estos solo se pueden ejercer con la paz.

Dentro de 50 años se estudiará este drama en la Historia que den los colegios. Solo deseo que esas futuras generaciones no tengan que preguntarse: “¿Por qué no hicieron nada?”



PD: Por favor, no nos olvidemos de los perseguidos en Siria e Irak. No tienen la suerte de ser refugiados.


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